Es el proyecto revelación de folktrónica no ya en España, sino en el mundo. Su mezcla de ritmos tradicionales gallegos y electrónica contemporánea, haciendo una suerte de found footage en el que resignifica los códigos de la música tradicional gallega a través de una mirada absolutamente actual pero también futurista.
Entre estructuras pop y el misticismo gallego de las meigas y los mouchos, Alejandro Guillán trae a su propuesta una adaptación de lo tradicional desde el punto de vista popular, una vista diferente para las nuevas generaciones. Como elemento central, enaltece la característica percusiva de la música en Galicia, y actualmente, “la transmisión oral y cultura popular” de las voces femeninas (mayoritariamente). Muñeiras, cantares tradicionales, sintetizadores y más. Parte de la experimentación que trae el músico de 31 años proviene “de la tierra de las meigas, de la Santa Compaña de la queimada y de los orígenes celtas”, además de una formación folk-electrónica que reúne la poesía y la lírica gallega de Luis Amado Carballo, Curros Enríquez o Rosalía de Castro, como parte del cancionero popular de la región.